¡HAY MAMÁCHITÚN!

I
Se escuchan rumores de tierra y de pan
las piedras lanzadas les hacen temer
la sangre invencible que no destruyeron,
que no conquistaron que no aplastaron
que...

II
Sus nanas les miran con resquemor
desde los jardines se eleva un rumor;
no está el jardinero, se fue el cocinero
no han hecho la compra, a dónde está el auto
se fue el conductor.

III
Los niños rubitos lloran a mamá:
"No está la Antumalen pa hacerla rabiar"
La madre se asusta y llama al busca
el señor ingeniero no puede ponerse
ya le avisarán.

IV
Llama a su vecina para saber
si hay criadas y mozos en su chalet:
Contesta Elikura, no está la señora
huyó con los niños a buscar al marido
el fundo ahora es nuestro
pues siempre lo ha sido
¡Ya le tocará!
¡Ya le tocará!
¡Ya le tocará!


V
La dueña aterrada comienza a correr
por los dormitorios, no logra entender
Enciende la tele y en el telediario
habla un hombre moreno, con rasgos mapuches
de cuello y corbata, con dientes brillantes
y en Mapudungún:

VI
“Hermanos y hermanas de la Ñuke mapu
ya se acabó el tiempo de la esclavitud
la tierra ahora es nuestra , pues siempre lo ha sido
y los manantiales, los ríos, los valles
y los hospitales, escuelas, conventos
fábricas y redes, los puertos también”.


VII
Y sigue en mapuche el presentador
sonrisa brillante, excelente dicción:
"Antes fuimos weichafes, luego prisioneros
después expoliados y reconvertidos
en chachas y obreros; no es que nos importe
pero pasó el tiempo y ahora hay ingenieros,
médicos y actores
y no olvidemos a los profesores,
lingüistas, choferes
y los periodistasdel norte hasta el sur
del norte hasta el sur, del norte hasta el sur...”

VIII
“Desde esta pantalla le puedo observar
Sus ojos rasgados, su piel de tremún
Aunque usted sea rubio y viva en Las Condes
Usted tuvo un cheche que vino de España,
Portugal o Italia y fue cocinero,
peón o ketrafe en un fundo del sur,
donde conoció a Waglen una estrella mapuche,
la hija de un Lonko un audaz pendenciero,
siempre perseguido por carabineros,
patrones, matones y representantes de los capitales
de depredadores de Leufus y Lemus,
confiese entonces si no hay en su sangre
un poco de Mapu, de Kewan y sur.


IX
La dueña aterrada y sin entender
abrió la ventana y pudo oler
aroma a Araucaria, a Chilca y Merkén.

En las cercanías comienzan a arder
mansiones gigantes con luz de oropel.
Como un terremoto retumba la tierra
el clamor de un Kultrún.

X
Los niños rubitos gritan de terror:
¡¡Mamá, mamá, mamá Machitún!!

Explota el dique, adiós la represa
y el agua es devuelta a los campos y bosques
y los araucanos celebran y cantan
y sanan la tierra con su machitún.